¿Tu bebé dormía bien… y de repente parece otro?
Despierta más, se irrita, rechaza las siestas o quiere estar pegado a ti todo el tiempo. Tranquila, probablemente estén pasando por una regresión de sueño .
Estas regresiones no son retrocesos, sino saltos evolutivos . El cerebro de tu bebé está haciendo conexiones nuevas, ¡y eso también altera su sueño!
Las principales regresiones (y por qué ocurren):
• 4 meses: El sueño cambia de modo “recién nacido” a modo “adulto”. Los ciclos se fragmentan y se hacen más conscientes de su entorno.
• 8-10 meses: Angustia por separación + nuevos logros motrices.
• 12 meses: Caminan, hablan, y se despiertan más por emociones intensas.
• 18 meses: Explosión de autonomía (“yo solito”) que puede generar luchas a la hora de dormir.
• 24-36 meses: Imaginación activa, pesadillas, control de esfínteres, miedos nuevos.
¿Cómo sobrevivirlas sin desesperarte ni retroceder en los avances logrados?
1. Validación emocional: No es manipulación, es necesidad.
2. Rutinas firmes pero flexibles: El ritual del sueño debe mantenerse, aunque lo se adapta al momento.
3. Ajustes puntuales: Revise si necesita menos o más siesta, adelantar la hora de dormir, o más contención.
4. Evita “rescatar con cambios permanentes” : Dormirlo de nuevo al pecho, en brazos o en tu cama puede ser tentador… pero si ya habías avanzado en su independencia, puede confundirlo.
Para ti, mamá (y papá también):
• Turnarse para descansar por bloques.
• Dormir siestas cuando el bebé lo haga.
• Bajar expectativas: no es para siempre.
• Apoyarse en comunidad, no estás sola.